Durante años, la importante contribución de Louise Rosskam a los años formativos de la expresión documental estadounidense pasó prácticamente desapercibida. Con el excelente trabajo de Laura Katzman y Beverly Brannan, por fin podemos ver y comprender la profunda importancia y belleza del trabajo de Rosskam. Su propia historia, revelada de manera tan elocuente a través de este convincente libro, es un poderoso recordatorio de la resonancia duradera de la artista documental. Este libro, como la propia fotógrafa, es una verdadera joya.